Te recuerdo cada vez que digo “hoztia, tío” o cuando me doy cuenta de algo está tan complicado que es “inmamable”. De vez en cuando saludo a mis amigos de confianza como tú me saludabas a mí, “¿Qué dice esa máquina de hacer pupú?” y sonrío. Siempre sonrío al recordarte. Porque eso eras tú, alegría hasta cuando te enojabas.
Continue reading