Quizás para esta fecha ya muchos hayan escuchado el nombre de Paula Deen, pero es posible que muchos más aún no sepan quién es, así que me permito un poco de ambientación. Esta señora de sesenta y tantos años hizo nombre como “chef de celebridades” y gracias a sus hábiles asociaciones con un buen número de corporaciones fue posicionándose como una figura habitual de la “televisión gastronómica”.

En cierta forma, Deen se benefició del escándalo que sacudió a otra doña de la televisión, Martha Stewart, quien en 2004 se vio envuelta en unos líos con la justicia que le costaron mucha credibilidad. Doña Deen, una sureña rechoncha que no le preocupa realizar recetas altas en azúcar, sal y carbohidratos, tenía su encanto y le estaba yendo de lo más bien.

Hasta la semana antepasada.

misspiggy

Los gringos se especializan en agrandar pendejadas y darle mucho hilo a vainas banales. Resulta que doña Deen (que por alguna razón incomprensible no deja de recordarme a Miss Piggy) fue demandada por una exempleada que administraba uno de sus restaurantes. La mujer alega que Paula Deen utilizó en varias ocasiones en su presencia lo que los gringos llaman “the N-word”, que no es nada más que decirle “nigger” a los afroamericanos (lo cual es considerado por ellos como el peor insulto y muestra de racismo).

Uno de los ejemplos del uso de “nigger” en la boca de Paula Deen supuestamente vino cuando planeó la boda de su hermano con un “estilo colonial sureño” que incluía exclusivamente sirvientes negros (a la usanza de esclavos). También dice la ofendida demandante que doña Deen usaba el epíteto “nigger” para referirse a personas dentro de su restaurante.

El miércoles 26, Paula Deen dijo, en una entrevista en vivo que se puso bastante “emotiva” (aunque a mí me parezcan lágrimas de cocodrilo), que sólo ha usado la “N-word” cuando un asaltante (negro, por supuesto), le puso una pistola en la cabeza hace 30 años.

Un costoso insulto

“Nigger” se ha convertido en una forma despectiva de referirse a un afroamericano y quien sea atrapado diciéndole así a alguien inmediatamente es acusado de racismo y la demanda le llega en un ratico. Un amigo mío dice que en Estados Unidos lo más difícil es ser hombre cristiano caucásico heterosexual, porque todo lo demás son minorías y no hay cosa más ñoña que un gringo ofendido por una pendejada.

Por supuesto, no estoy condonando el racismo ni diciendo que no es un problema gravísimo en todas partes. Lo que sí pienso es que los gringos exageran de una manera grosera con la enarbolación de sus llamados “derechos individuales”. Paula Deen, en mi opinión, es el más reciente ejemplo.

La denuncia se ha convertido en una bola de nieve en contra de la doña, quien está ahora mismo en un berenjenal con sus relaciones empresariales. Para que tengan una idea, miren estos hechos:

Todavía están calculando a cuánto asciende la loma de cuartos que Paula Deen ha perdido con esta catarata de negocios cancelados. Dicen que Hidekel Morrison les ofreció el famoso centro de cómputos para completar esos cálculos. Ya les contaré cuando terminen.

¿Es justo el castigo?

Si a mí me preguntaran, creo que todas las empresas que han dado la espalda a Paula Deen han reaccionado demasiado rápido a un asunto que ni es definitivo (ella no ha sido condenada, a diferencia de Martha Stewart), ni merecía tanto hilo. Casi parece una componenda para “salir de ella” tomando como excusa el incidente de la N-Word como punta de lanza.

A diferencia del caso de Tiger Woods, a quien en el 2009 le explotó en las manos un escándalo groserísimo que le costó, además de su matrimonio con la sueca Erin Nordegren, la cancelación de un puñado de contratos publicitarios, a Paula Deen no la encontraron haciendo salchichón con un mesero, ni si pecado tiene que ver con algo que hace daño a una persona en específico. Es más, la jeva que demandó a la chef ni siquiera es la ofendida directa, pues los insultos que supuestamente dijo Deen no fueron contra ella (de paso, la demandante es caucásica).

Todo esto lleva a un espectador como yo a preguntarse si realmente había que azotar públicamente a esta doña al tiempo que una pila de negocios suyos se evaporaba.

¿Por qué tanto asedio contra alguien por un comentario que no ha sido comprobado? ¿Qué provoca que tantas empresas le sacaran los pies a Paula Deen? No me considero experto en relaciones públicas, pero pienso que todo se debe a una exagerada hipersensibilidad de las grandes corporaciones que quieren “cuidar su imagen”, indudablemente ayudada por la resonancia de los medios tradicionales y los sociales.

¿Hay que hacer el “fó” a quien falla públicamente?

Creo que todas las empresas que han terminado relaciones con Paula Deen han preferido ese curso de acción solamente para evitar la asociación con una persona que es acusada de racismo. Lo que me asombra es que haya tantas corporaciones dispuestas a cancelar de golpe negocios millonarios sobre una acusación no condenada.

¿De dónde viene tanto miedo a una mala asociación? Obviamente las empresas pierden cuando su imagen se relaciona con una persona que ha cometido delitos o errores que dañan su propia imagen. A Tiger Woods no solo la sociedad le cayó encima sino que muchas empresas terminaron sus contratos con el golfista, con el temor de que se dijera que apoyaban a un “mujeriego golpeador de mujeres”. Pero a pesar de ello, Nike nunca abandonó a Woods y hasta recibió críticas por ello. Hoy día, Woods de nuevo está en el tope de su juego y Nike más dura que nunca, mientras que las empresas que le dieron la espalda, hasta donde tengo entendido, no han encontrado otro estandarte similar.

A Paula Deen le han dado como a la conga, pero aún hay una cantidad de empresas no le han dado la espalda. Pienso que justamente esas empresas serán las que mejor provecho le sacarán a la situación. A pesar de la debacle, creo que la regordeta chef de acento sureño puede (y debe) rebotar de esta situación, máxime cuando el “peo” alrededor de la chef no es ni tan dañino ni tan hediondo como el de Woods y otros que han cometido errores. Y de paso, lo de Deen no es materia juzgada aún.

Lo que sería bueno es ver si la doña logra su descargo de la acusación. Para ese entonces, esperemos que Hidekel Morrison haya terminado de contar los cuartos y con esa cifra Paula Deen interponga una contrademanda.

8 Comments Haciéndole el “fo” a Paula Deen

  1. dashy

    a todo esto, los afromaericanos se dicen entre ellos nigger y no pasa nada.. :/

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  2. Saúl

    Lo único que debería ofender a los negros es que en la fiesta no les hubieran pagado por sus servicios. En cuanto a que les dijeron negros, eso, no se puede negar pues son de raza negra y punto. En pocas palabras todo es un Show.

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  3. Melvin Peña J.

    Yo también creo que USA es muy dado a inflar las tonterías )(una buena parodia de eso es la película “Being there”, con guión de Jerzy Kosinski, a partir de una de sus novelas. Bien, decía, son dados a inflar todo, esos gringos, pero en el caso de los negros hay una historia de dolor acumulado muy grande, por lo que es entendible la hipersensibilidad, cuando la hay

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  4. Rita

    USA deberia abrir un programa con Psicologos para morenos, pues es algo que deberian de superar, y si les molesta tanto que los critiquen deberian de poner mas atencion en educarse y ponerse a trabajar no son todos pero si es la mayoria que toman ventajas y todo lo quieren gratis. Cualquier cosa que no les gusta inmediantamente sacan lo del racismo, parece que eso es su bandera para sacar provecho de todo y de todos. Hay una gran diferencia entre morenos americanos y los que nacieron en Africa, los africanos no tienen tantos complejos y problemas psicologicos.

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  5. Majo

    Ya tiene algo de tiempo que en Méxuco pasó algi similar con una artista, que tal vez conozcan “Lucero” “Lucerito” de cariño, cantante y actriz mexicana con una trayectoria de muchícimos años, desde que era niña se dedicó a la tele, y digamos que su imageb era como de la “niña buena” Pues se hizo un escándalo por la filtración de unas fotos donde aparece de cacería y el trofeo un hermoso animal como tipo carnero; que no recuerdo su nombre, bucardo creo, en fin, Lucero sale muy sonriente en la foto acompañada de su pareja, quien fue la persona que la invitó a esa actividad, también en la foto, Lucero tiene unas marcas de sangre en el rostro que indican su integración a ese estilo de vida cazador al haber matado a su primera presa, y bueeeeno!!! Se armó un escándalo!! Y pasó lo mismo con las marcas que la tenían como imagen, Pantene le retiró el contrato de la noche a la mañana y Televisa; la casa que la vio nacer también le duo la espalda, no recuerdo si tenía más contratos cin itras marcas, pero si Televisa te bota es prácticamente como tener que empezar de cero y para alguien cin su trayecoria pues es algo humillante. Luego ella se fue a Telemundo en lis Estados Unidos como conductora, esa foto le costó la carrera en México, y pues lis mexicanos a veces, igual que lis gringos nos mostramos muy sensibles a ciertas cosas y como ella tenía la imagen de pureza y bondad verla cazando por deporte cayó muy mal, tal vez no solo por la vida animal, si no porque a ella se le consideraba como “cercana al pueblo” como alguien humilde y sensible (Teletón México) y Zas!! De repente participabdo de una actividad frívola y exclusiva de ricos, total que se tuvo que ir y no creo que pueda regresar a la tele en México, me parece un poco duro, mas no ijnuato, que todo lo se le cerrara pero así es la vida y a las celebridades los errores les cuestan más caros.

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    1. Darío Martínez Batlle

      En realidad, lo de Paula Deen y lo de Lucerito son ejemplos de cosas que cada vez suceden con mayor frecuencia. Las personas que antes eran celebridades y que ahora además llevan su vida en los medios digitales, que tienen seguidores y comunidades, están mucho más expuestos que nunca. Hay una corriente de algunas celebridades a alejarse de las redes sociales porque se sienten agobiados por lo que implica estar encima de todo. Pero en el caso de Paula y Lucero, obviamente la cosa fue más simple que tener perfiles sociales, ellas “cometieron” el error de no medir el alcance de sus acciones. Y el precio es alto.

      Ojalá que Lucero logre recuperarse. Paula también. Al final del cuento, las redes sociales son maravillosas, pero también pueden ser muy crueles. Y en esto de las redes sociales sobreabunda la gente que se ofende por cualquier bobería y arma un escándalo de la menor nimiedad. Hay que andarse con extremo cuidado.

      Gracias por comentar!

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