Hoy se cumplen siete años desde que Jack Dorsey publicó su primer (y escueto) tuit.

En informática, siete años es una cantidad grosera de tiempo y revela la madurez y estabilidad de un producto o servicio. Sin embargo, Twitter todavía hoy se siente fresco, ágil, novedoso… La sencillez y versatilidad de este servicio ha ayudado a dispersar la neblina que a los primeros usuarios les invadía ante no saber qué hacer con su cuenta. Yo, por ejemplo, me uní tarde a Twitter, en enero de 2009, luego de pasar meses evadiendo crear mi cuenta por no saber para qué carajo la utilizaría.

Hoy día, Twitter es parte esencial de mi vida digital. Es mi periódico y mi chismoso favorito, un gran paño de lágrimas para desahogarme, un sitio de solidaridad y rencores, de competencias y temores, un espacio donde cada quien es como es, quizás con más exacta sinceridad que en otras redes sociales. En Twitter he reído, cogido inmensas cuerdas, echado par de lagrimitas, pero sobre todo, he aprendido. ¡Rayos! ¡Cuándo he aprendido!

El primer uso que le di a Twitter fue el de seguir líderes de áreas de conocimiento que me interesaban. Aún los sigo pero admito que ya la mayor parte de las cuentas que sigo pertenecen a amigos y conocidos en donde prima más lo coloquial. No obstante, no puedo pagar ni podría nunca, todo lo que he aprendido leyendo tuits de personas que saben de mil cosas que yo no sé.

De igual forma, en Twitter he tenido la oportunidad de sentirme útil. De encontrar causas a las cuales abrazar, quizás no tan fuerte como quisiera debido a las circunstancias, pero tan plenas como mi conciencia me alcanza. Iniciativas como Música por Los Haitises, 4% para la educación, Policía no me mates y muchas otras han sido interesantes y profundas en Twitter, y sólo por la existencia de esta red lograron calar en miles de ciudadanos como yo. No peco de exagerado si digo que hoy día Twitter es la principal herramienta que tenemos para expresarnos. La libertad de expresión (por muchos confundida con prostitución de la expresión, pero eso es otro tema), está en un pico de bendición, gracias a Twitter. Si no lo creen, pregúntenle a la primavera árabe de 2011.

Por supuesto, he conocido personas maravillosas en este trajinar tuitero. Gente con iniciativa y con determinación, capaces de hacer que las cosas sucedan, que la sociedad valga más la pena. Así como cuenta Jorge Lavat en Desiderata “el mundo es todavía hermoso”.

Twitter ha servido para darle importancia a la identidad digital como colectivo, pero sobre todo, a lo que me gusta llamar “marca personal”. Twitter es la inmensa playa sobre cuyas arenas estamos dejando nuestras huellas digitales. Lo que tuiteamos nos define, nos dibuja claramente. Más que ningún otro servicio, Twitter es el mejor espejo de nuestro propio yo en el mundo real. Por eso, más vale que sepamos pisar, pues “somos lo que tuiteamos”.

Mis primeros tuits a algunos de mis amigos

Basta de melancolías, vamos a ponerle un poco de diversión a esta limonada. ¿Cuáles fueron los primeros tuits que escribí mencionando a personas que me acompañan en este trajinar? Aquí están algunos, sin orden de importancia, basándome en mi #TwitterArchive.

Alexander Rodríguez

Desde siempre, Alex ha compartido contenido de algo interés. En sus inicios, él tuiteaba con el usuario @arodofiron pero luego se pasó a su actual @alxrodz. Yo conozco a Alex hace más de 20 años, pero así empezamos a comunicarnos en Twitter.

Lisselot Díaz

Mi queridísima Liss fue una temprana receptora de mis correcciones. 🙂 Lisselot es una de las más absolutas amistades que me ha dado Internet.

Bracuta

Con un nombre de usuario que siempre me ha parecido salido de Mortal Kombat, una de mis abogadas favoritas “regresaba” de no sé dónde y yo la saludaba por ello.

Alexéi Tellerías

El siempre impredecible Alexéi fue el receptor de mi primera mención en Twitter. Acababa de presentar su performance “Secretos Amor-dazados”. Lo conozco desde el 2003.

Claudia Chez

Una de las más cruciales personas que he conocido, siempre ocupada con hacer crecer la comunidad a través del conocimiento… aunque también sobre las experiencias de nosotros los usuarios.

Gitti Hernández

Una de las personas más ingeniosas que conozco, Y así la conocí, criticando la burocracia documentada.

Milca Peguero

Aunque a Milca la conocí primero en persona, fue tiempo después que coincidimos en Twitter. Y fue adorando a The Big Bang Theory. 🙂

Amandysha

La aguda y controversial Amandy antes hacía coro con los pobres como yo. Esta fue la primera vez que le escribí.

Rocío Díaz

Una excelente amiga digital por mucho tiempo, apenas en el 2011 nos conocimos en persona. Pero así empezamos a tuitearnos.

En fin…

Podría haberme pasado un rato enorme buscando los primeros tuits de decenas de personas más con las que he tenido el placer de compartir… pero se me ‘tá haciendo tarde para otras cosas 😀

Twitter es todo lo bueno o malo que queramos que sea. Como toda red social, como el propio Internet, como un martillo o un tenedor, Twitter es una herramienta que puede resultar una bendición cuando se utiliza correctamente o puede convertirse en algo dañino para quien no lo sabe canalizar. Cada quien tiene su propia historia, y esta es solo mi versión.

¿Por qué no aprovechas y me cuentas lo que ha sido Twitter para ti?

1 Comment Twitter: Siete años acumulando nuestras “huellas digitales” #Twitter7Aniv

Deja un limón acá