Lecciones aprendidas de espaldas

Me tomé unos días de “licencia”, pero ya está bueno. Lo que sí les cuento es que en este período de convalecencia he pensado mucho (más de lo que hubiera querido) en mi salud. Siempre he gozado de una salud envidiable, a nivel de que muy pocas veces he estado hospitalizado (la primera de que tengo memoria, cuando me pasó aquél accidente y la última hace 13 años cuando sufrí de apendicitis). Salvo esas ocasiones, lo mío ha sido una que otra gripe de vez en cuando.

Pero el neurólogo que me vio el lunes 21 de febrero, Jorge Binet, me dijo una frase que no he podido olvidar: “Después de los 35 años, nadie puede presumir de que tiene una salud perfecta, porque aunque no te sientas nada, empiezan los desgastes crónicos a acumularse”. Me revienta mucho que “35” sea algo así como la fecha de vencimiento de un ser humano (ya recordarán mi lamento de que a partir de esa edad es un trote conseguir empleo porque nos volvemos “inservibles”), pero mi espalda le ha dado la razón al doctor.

En realidad, mi padecimiento no es grave, aunque sí es molesto. Tengo una hernia discal sacrolumbar (cariñosamente la he bautizado como “Hernimia”), que no hace falta operar, siempre que baje de peso, mejore mi dieta y haga ejercicios de bajo impacto. Y aunque me libre del quirófano, la verdad es que este tipo de vainas pone una marca indeleble en el récord médico. Una vez sufres de la espalda, tendrás que cuidarte toda la vida. Y ahí es donde empiezan las lecciones que he aprendido “de espaldas”.

Hay muchos sitios que ofrecen muy buenos consejos para cuidar eficientemente la espalda. La actitud que funge como común denominador de todos ellos es la prevención y por eso no me sorprende que yo haya tenido este problema. Como siempre he gozado de buena salud, lo más lejos que he tenido es prevenir concienzudamente los problemas que inevitablemente vendrían.

La prevención es sencilla, y por eso mismo, es complicada de establecer como hábito. Hay que acostumbrarse a sentarnos correctamente, a pararnos de las sillas cada hora o dos horas y dar una vuelta, a dormir en camas convenientes… son consejos fáciles de seguir, pero apuesto que precisamente por lo simples que son, nos olvidamos de ellas con demasiada facilidad. ¡Siéntate bien ahora mismo!

Otra cosa que he aprendido es que tenemos muy malas costumbres al sentarnos y que los espacios laborales rara vez toman en consideración la ergonomía y las buenas posturas. Basta un escritorio, una silla y ya. Ponemos la silla a la altura que nos da la gana, no la a que es idónea. La pantalla del computador muy bajita, o hasta de lado. Luces muy pobres “para ahorrar energía”… ¡Todo eso es delicado, porque nos desgasta más rápidamente!

Nada gente, ya estoy mejor, aunque no he dejado de tener dolor (ni dejaré de tenerlos por un buen rato). Siéntense derecho y cuiden su espalda.

6 Comments Lecciones aprendidas de espaldas

  1. Yosi Mendoza

    Que bueno saber que no es nada tan grave y que el tratamiento es sencillo, gracias por las recomendaciones, desde que empece a leer me enderece de una vez lol

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  2. xGibran

    Qué mal dude, eso significa que no hay corredera for you :-/ Pero qué bueno que no es algo grave y que te sirve para empezar a cuidarte más! La mejor de las suertes y muchas gracias por el consejo, lo voy a tomar en cuenta, de verdad.

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  3. Oliver Cruz

    Wao men..qué lástima…trata de reducir la ingesta de arroz al mínimo y comer menos pan…aumenta el comer pescado y mariscos sin calorias como el calamar y el lambí…

    Un abrazo…

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  4. Dora

    Yo tengo problemas con la espalda, desde que baje de peso, muy rara vez me molesta. Eso si, no puedo darme conciertos maratonicos tipo Festivales de pie…. Eso me mata

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  5. Angel

    Cuidate hermano! Yo he sufrido de dolores de espaldas pero gracias a Dios estoy mucho mejor, lo que si he notado es que duro mucho tiempo sentado, es algo que tengo que corregir.

    A cambiar los habitos hermano.

    Saludos

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  6. Sonia

    “Me revienta mucho que “35″ sea algo así como la fecha de vencimiento de un ser humano” LOL. No le des tanto la razón al doctor, que hay muchos factores que afectan nuestro “vencimiento”, lol. Mi abuelito, quien en estos momentos se encuentra muy mal de salud, ha vivido un larga vida, fuma tabaco, y bebe aguardiente, y aún daba vuelta por sus tierras, hasta hace unos meses. Así se anotó 95. O sea, casi tres veces 35 :). LOL

    Hace algún tiempo tuve un accidente automovilístico. El doctor al ver los resultados de los exámenes, me miró asombrado: tenía tres discos herniados en la columna baja y tres en el cuello. Me hice terapia, después de un tiempo, no tenía dolor y los discos seguían igual… ya que no me dolían ni cambiaban nada con la terapia, el doctor concluyó que era, probablemente un defecto de fábrica 😛 y que no fue producido por el accidente. En fin, hay que cuidarse, y escuchar al doctor, pero tampoco nos vamos a enterrar ante de tiempo :). ¡A vivir! Eso sí con cuidado 🙂

    Saludos!

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