Qué pena que nos dejas, Carlitos

Aún estoy en la etapa de la negación, la incredulidad. Esa franja de terrible lucha intelectual-emocional donde la razón te dice que se fue, pero el corazón no lo acepta, no lo cree, no lo puede asimilar. Yo lo vi el pasado miércoles, cuando acudí a donar sangre para que le subieran las plaquetas.

Verlo de tan buen humor, haciendo chistes, riéndose con esa sonrisota que tenía tatuada en la cara, me dio una falsa esperanza. Cuando salí de la habitación #331 de la Plaza de la Salud, recuerdo que pensé que aunque estaba realmente muy delicado de salud, iba a superarlo con o sin medicinas… que bastaban sus ganas de estar vivo y de echar p’alante. A juzgar por el ánimo de sus padres, creo que ellos también compartían la esperanza de ver a Carlos recuperado.

Se nos fue un buen amigo

Se nos fue un buen amigo

Hablamos mucho esa tarde Carlos y yo. Nos pusimos al día con nuestras historias, pues la verdad es que teníamos un buen tiempo que no conversábamos. Me hizo una historia de un accidentado viaje que hizo hace tiempo, yo repliqué con una de mis odiseas en la carretera que también había sido tremenda. Hablamos de pelota, por supuesto, porque aunque él no era un super fanático azul, le tenía que advertir que si llegaba a usarse mi sangre en su cuerpo, iba a tener que confesarse medio aguilucho también. Ahora me da pena que mi sangre no haya sido necesaria ese día, pues me habría gustado saber que un poquito de mí vivió en su cuerpo y que trató de salvarle la vida.

Le prometí que lo llevaría al estadio Cibao la próxima temporada. Era mi manera de decirle, “vas a estar tan sano que podrás ir conmigo al play”. Y de verdad que yo estaba seguro de que lo lograría. Él me hizo creer, con su buen ánimo y su sonrisa indolora, que estaba pasándola mucho mejor de lo que aparentaba. “Qué cama tan moderna” le dije, y respondió “men, si no fuera por los sueros, esto pasa como un hotel”.

Decir que estoy triste, luego de verlo tan contento, tan animado, sería una frase muy pálida e incapaz de describir mi sentimiento hoy lunes. A pesar de que su padecimiento era terrible y que estaba condenado a morir si no recibía un hígado en transplante, yo estaba muy convencido de que íbamos a tenerlo con nosotros. Confiaba en que iba a pasar el milagro, pero no sucedió así.

En estos momentos es cuando uno no entiende a Dios. Ni lo entiende ni lo quiere entender. ¿Cómo es posible que haya tanta gente haciendo daño, mientras que un chamaco tan multifacéticamente positivo se apaga sin que podamos hacer nada? Sí, ya sé eso de “Dios lo necesitaba en el cielo” y de que “todo obra para bien”. Bonitas frases que en estos momentos no me saben a nada…

Algo queda como testimonio espontáneo de la calidad humana de Carlos, y es ver cuántas personas tocó en su vida con su sencillez y buena onda. El grupo de Facebook que creó Aldo para hacer conciencia sobre el caso de Carlos tiene casi 500 miembros, y el muro de mensajes está preñado de historias, recuerdos, frases de aprecio y duelo, y un tremendo sentimiento de incredulidad. Sin dudas, Carlos impactó en la vida de mucha gente, sin necesidad de ser nada más que una tremenda y auténtica persona. Da mucha tristeza perder alguien así.

A sus padres, a Aldo y a sus demás familiares y amigos más cercanos, aunque su dolor sea tremendo (como es obvio), no dejen de recordar que tuvieron mucha suerte de contar con Carlos en su familia. En esta época de sinvalores, tener una persona tan buena en su entorno, es una bendición y un privilegio que habla muy bien de la crianza que ustedes le dieron a él. Que Dios les bendiga y les ayude a comprender esta mueca del destino…

6 Comments Qué pena que nos dejas, Carlitos

  1. Yosi

    Es verdad, es difícil aceptar la partida de un ser tan querido. Lamento mucho la perdida de tu amigo.

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  2. Angie

    En paz descanse, ese angelito.

    Creo que nunca se dio por vencido, eso es un gran ejemplo de fe.

    Un abrazo, Mamey.

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  3. Nikkei-Girl

    Ver a alguien joven con metas por cumplir marcharse de este pedazo que todos llamamos “Vida”, es totalmente entristecedor. Siempre se nos hace difícil, y más aún si nuestra relación fue cercana.

    ME hacía las mismas preguntas y retaba a Dios a responderme en repetidas ocasiones. Ver marchar a muchos de mis amigos antes de cumplir los 23 años ha sido desgarrador para mí. Es algo que simplemente llegas a asimilar con el tiempo pese a todo lo que puedan decir los demás.

    En paz descanse Carlos, y conformidad a todos los que llegaron a conocerle. De algo estoy segura: El está en mejor lugar y nunca se alejará de los que le aman.

    Bendiciones y Abrazos cordiales desde este lado de la pantalla.

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  4. Tuitico (http://tuitico.tumblr.com)

    Muy penoso… Sin haberlo conocido, leo este post y me siento como que tuve la dicha de conocerlo. Que Dios lo proteja, y que sus niños y demás familiares tengan las bendiciones que de seguro le tocarán por el paso de ese joven por este planeta.

    Que en paz descanse.

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  5. Amandysha

    Ayer leí este post, pero en el momento no tenía nada que decir y realmente aun no tengo. Es qué me faltan las palabras, la muerte de Carlos me sorprendió. Como tú lo dices, se esperaba que el sobrepasaría ésta crisis.

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